Nada cambia
En su primera semana de guardería a Jaime le pegaron su primer catarro que, por supuesto, él me contagió a mi. Por el tiempo de incubación hasta apostaría que lo apañó el primer día...
Para redondear el tema se pegó un trompazo en los morros en un pequeño tobogán que tienen en el patio. Fue un porrazo normal, de los de toda la vida según la profesora, pero bastó para que se le cayera el diente chulo porque estaba suelto, solo sujeto por la piel de la encia. Pues bueno, uno menos.
Se le ha caido el diente???!!!!!
ResponderEliminarohhh................