Lecturas

Como viajar en tren es muy aburrido, para venir a León me llevé lectura. Días antes ya había pasado por mi librería friki y compré unos cuantos tochos, para que me duraran cuanto más mejor.

Me gusta tomarme mi tiempo cuando voy a comprar libros. Primero hago un paseo general, mirando títulos y autores. Si algo me llama la atención leo la contraportada que suele traer un resumen, escrito de manera que te enganche y compres el libro. Si me medio convence abro el libro al azar y ojeo unas cuantas páginas, para ver el estilo, la calidad de la traducción y hasta cosas tan tontas como el tamaño de la letra y si será cómodo de leer... Con autores y editoriales que ya conozco el proceso es más rápido, pero hay que probar cosas nuevas. Y al precio que están los libros (¡y en tapa blanda!) mejor no te equivoques que puedes comprar un bodrio ilegible. Luego se extrañan de que la gente se baje los libros y la música de internet.

Había un libro: El final del arco iris.

Es de Vernor Vinge, un autor del que no recuerdo un libro malo, y sí muchos muy buenos. Sin embargo, al leer la contraportada el planteamiento me convenció lo mínimo: Futuro cercano (este siglo), un poeta importante con Alzheimer avanzado es curado de su enfermedad y rejuvenecido gracias a los recientes avances médicos. Hasta aquí bien. Pero el mundo ha cambiado mucho desde que empezó a perder la mente. Ahora la sociedad vive inmersa en una mezcla del mundo real y la realidad virtual, gracias a lentillas-pantalla y ordenadores insertados en la ropa. Aparte de las aplicaciones prácticas (lo de superponer imágenes de ordenador sobre una imagen de vídeo a tiempo real ya se está intentando ahora, para mapas, GPS y esas cosas) está el tema artístico.

Estuve a punto de no comprarlo porque el tema de las realidades virtuales no me llama mucho, pero ojeándolo resulta que el protagonista se mete en un paisaje que intenta recrear un libro de Terry Pratchett ¡Aaamigo...! La cosa cambia. Es una idea genial. Uno de mis escritores favoritos, que ha creado un mundo fantástico en su serie de libros del Mundodisco. Yo también querría pasear por Ankh-Morpork, ver la cabaña de Yaya Ceravieja en Culo de Mal Asiento, en Lancre ¡La Universidad Invisible! ¡La casa de Muerte! Y, por supuesto, la tribu Zabingo del Gran Nef... Esta idea hizo sonar como loco a mi detector de "sentido de la maravilla" Compré el libro para ver como se desarrollaba esa idea, aun sabiendo que sería un detalle marginal sin importancia para la trama.

Me llevé una sorpresa. Triste y ligeramente desagradable. Se trataba del paisaje de un libro que en teoría Terry Pratchett todavía no ha escrito a día de hoy. Incluso se comentaba que Pratchett seguía vivo y era dueño de media Escocia gracias a los royálties del uso de sus obras en la realidad virtual. Ahora bien, Vernon Vinge escribió este libro (Al final del arco iris) en 2006 según el copyright. No podía saber que en el 2007 Pratchett anunciaría que le han diagnosticado Alzheimer. Si. Igual que el protagonista. Desgraciadamente vivimos en el mundo real y para él no habrá cura, a menos que se hagan descubrimientos revolucionarios y aplicables en los próximos años. Lo que no es probable. Asco de vida...

A los que creemos en el multiverso (una creencia mucho más interesante que la mayoría de las religiones, y con el mismo nivel de fundamento como mínimo) nos queda la satisfacción de saber que el bueno de Terry sigue vivo y escribiendo en la realidad paralela de "Al final del arco iris", y que el Mundodisco es tan real en su propio universo como la Tierra en el nuestro. Solo nos haría falta una "Gay Deceiver" para poder ir de visita.